Adrian Belew Power Trio en el Teatro Opera Allianz
Indisciplina, cuadro por cuadro
Reseña y fotografía por Eduardo Cesario
Inmortalizado por su paso por King Crimson en aquella mítica reformación de los 80’s, cuando compartía escenarios con Robert Fripp, Tony Levin y Bill Bruford, para luego integrar el explosivo Doble Trío al que se sumaban Trey Gunn y Pat Mastelotto durante los 90s, Adrian Belew nos visitó el pasado lunes brindando un concierto memorable y atípico en el teatro Opera.
No creo que pueda ser objetivo al escribir estas palabras que, en principio, buscan ser una reseña del show del Adrian Belew Power Trio en el Teatro Opera. Y si no creo poder serlo es por que en mi caso esperaba volver a ver a Adrian desde el año 2010, donde había brindado dos incendiarios shows en el Samsung Studio. Mi ansiedad me condena a la hora de ser, o tratar de ser, objetivo. Dicho esto, voy a contarles un poco que pasó el lunes pasado.
Belew desembarca en nuestras tierras con una gira que lo encuentra en plena experimentación de Flux, su aplicación musical que permite escuchar música basada en una obra original, pero que va siempre reversionándose a si misma, y también habiendo compuesto el soundtrack para «Piper», el nuevo corto de Pixar que abrirá las funciones de Buscando a Dory.
Desde esta perspectiva, el concierto comenzó a todo vapor, con un Belew encendido y feliz: se nota que Adrian es profeta en esta tierra, lo son de hecho todos los ex King Crimson que nos visitan con constancia. Pero el caso de Belew es especial: munido de su indeleble guitarra Parker Fly haciendo las veces de excitado extraterreste virtuoso, sonríe todo el tiempo. Es que se nota que Adrian vive en su música y es feliz en Argentina. La primer selección de canciones son marcas clásicas de su repertorio solista: The Momur, Big Electric Cat, Men in Helicopters y The Lone Rhinoceros.
Es secundado nada menos que por Julie Slick, con su eterna sonrisa y colorido atuendo tras las cuatro cuerdas, y Tobias Ralph, introspectivo y tímido inmerso en una batería imponente. Ambos músicos son virtuosos en la ejecución de sus respectivos instrumentos, y eso está a la vista del público, la denominación de power trio les cabe perfectamente como a otros tantos memorables actos que hicieron gala de esta formación.
Continúa el primer set con Dinosaur, apocalíptico cover de King Crimson de los 90s, One Time y Three of a Perfect Pair, selecciones crimsonianas de los 80s para calmar un poco la sed de la audiencia.
Ironías de la vida, el sistema de pedales y electrónica se empieza a comportar de manera errática, lo que hace que comiencen una serie de impresiciones en el sonido de la guitarra y los efectos. Así y todo, Adrian continúa la interpretación con b, Frame by Frame (otro incríeble cover crimsoniano) y Beat Box Guitar, para dar paso a un corte de veinte minutos, que se extienden a unos treinta y cinco.
Finalmente la banda regresa y Belew como un líder semi abatido pero sonriente sincera la situación: la pedalera esta arruinada, y para un músico que hace magia con sus efectos ese es un golpe duro. Puede entonces este dinosaurio progresivo escapar a la compleja circuitería de su pedalera?
Magia: la emotividad de Heartbeat y ese pulso lejano al Crimson de los 80s transforma una situación en principio complicada, en un olvido consciente para el disfrute. Belew es un verdadero músico con todas las letras, y se ve obligado a tocar casi la mitad del show semi desnudo de efectos ante una audiencia que lo ama. Así es que se sucede luego Walking on Air, también del repertorio Crimsoniano: paradojas e ironías, Adrian se ve obligado a escapar a la precisa matemática musical de King Crimson, para dar lugar a su costado más sensible y emotivo en las performances.
Continua el show con temas de factura propia: Young Lions, Ampersand y Of Bow and Drum, que serían la antesala para el momento más emotivo de la noche: Matte Kudasai, otro hito en la historia de los Crimson, interpretada sólo por Adrian, mientras Julie y Ralph disfrutan atónitos de la performance: es que esta joya había sido intrerpretada por última vez el 26 de Agosto de 2015.
Restan para completar el show Neurotica y b3, dos selecciones musicales que demandan una alta precisión a la hora de tocarlas, al punto tal que Belew nos advierte que son canciones muy complicadas y que no habían sido ensayadas previamente. Es que quizás este humilde testigo del concierto haya percibido algún desliz o imprecisión en algún tema, pero poco importa eso, es una noche memorable, para la cual el ciere sería Indiscipline (también del álbum Discipline, de King Crimson).
Amen de estos avatares técnico/cósmicos el ṕublico en su inmensa mayoría disfrutó este concierto como nunca, ya que fue una obra única e irrepetible donde el accidente se transformó en virtud, y pese a los imponderables de la técnica, que a veces hacen pensar un poco si es tan sana esa dependencia simbiótica de los circuitos, el verdadero artista tuvo que improvisar, y hacer lo que mejor sabe en un escenario: sonreír e reinterpretar su música, cuadro a cuadro.
21/11/2016, Teatro Opera Allianz / ©2016 Eduardo Cesario / Rock Imagery
Lugar: Teatro Opera Allianz | Fecha: 21/11/2016