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Alcest en el The Roxy LVB

Eclosión blackgaze

Reseña y fotografía por Eduardo Cesario

 

La Luna llena derramaba su luz para el día del regreso de Alcest, la banda francesa exponente del blackgaze. Un Roxy LVB a punto de llenarse también desesperaba por los primeros sonidos de este oscuro fenómeno importado directo de los 90s.

La primera visita de los comandados por Neige (voces, guitarra, alma mater) y su camarada Winterhalter (batería) había sido allá por el 2014, presentando Shelter, un disco quizás más accesible y «pop», si se me permite la expresión.

Resulta difícil explicar este subgénero (de un subgénero podríamos decir), acuñado en época de desprolijo grunge: el shoegaze o «colgar mirándome los pies», que fue el preludio de una generación que usaba pedales y distorsiones varias haciéndolos desvariar mirando sus extremidades. El blackgaze más precisamente, mixtura el anterior citado con matices de black metal.

¿Qué podría darnos como resultado esa mezcla? Alcest. Con climas dignos del rock gótico de Bauhaus, lírica propia de Robert Smith y la potencia de voces guturales como las de Opeth, tenemos a este exponente de un culto que parece ser para pocos, pero persistir con vehemencia.

Para este show la banda trae a «Kodama» bajo el brazo: su último trabajo discográfico acuñado en el año 2016, que reúne lo mejor de sus capacidades creativas: la delicada melancolía y la violencia de esas voces guturales de ultratumba.

El concierto fue estructurado en dos partes: la primera presentando Kodama completo con sus seis selecciones (Kodama, Eclosion, Je suis d’ailleurs, Untouched, Oiseaux de proie, Onyx), ejecutadas con notable precisión y con una iluminación de penumbra que hacía imposible no imaginarse los mundos pintados por Neige en su lírica.

La segunda parte del show estuvo repartida entre selecciones de diferentes obras anteriores: Souvenirs d’un autre monde (de Souvenirs d’un autre monde), Percées de lumière (de Écailles de Lune), Autre temps (de Les Voyages de l’Âme), Sur l’océan couleur de fer (de cailles de Lune) y Là où naissent les couleurs nouvelles (Les Voyages de l’Âme).

Quedaba para el final el bis (o encore) que fue la única selección de Shelter: Délivrance. Que apropiado cierre para un concierto que promediaría los 90 minutos de hipnosis onírica.

Es que si algo destaca a Alcest es la capacidad de transportarnos a esas elucubraciones extra-terrenales, esos mundos oscuros sumidos en la eterna cadencia de la oscuridad, allí donde quizás no brilla la Luna, al menos no siempre…

26/6/2018, The Roxy LVB / ©2018 Eduardo Cesario / Rock Imagery


Lugar: The Roxy LVB | Fecha: 26/6/2018